Llevo mucho sin escribir en PruebaTé, si os digo la verdad fue en parte por la pandemia que no me ha permitido enviar té a España por un año y me dejó algo desmoralizado. Además porque quería escribir de muchísimas cosas importantes para mí, pero no encontraba que pudiera relacionarlo con el té de una forma que tuviese mucho sentido. Así que he retomado un blog antiguo que tenía para comenzar un nuevo proyecto, Entre Oriente y Occidente que ahora trata sobre meditación y mindfulness, una práctica que puede cambiar el mundo. Y donde puedo explayarme a gusto sobre estos temas, ¡te animo a visitarlo!
Pero eso no quiere decir que haya dejado PruebaTé de lado, ¡ni mucho menos! Tengo más ganas que nunca de ofrecerte té de verdad, directo desde Taiwán y de la mejor calidad. Ahora los envíos se realizan desde España así que serán muchísimo más rápidos, y el té sigue viniendo de pequeños productores de Taiwán con los que tengo relación directa.
Historia de la ceremonia del té
Si hay un tema del que tenía muchas ganas de hablar es de té y meditación. Hay libros muy conocidos sobre Zen y té, té y meditación en el contexto de la ceremonia del té japonesa. No hay gran cosa similar del té chino pues el té en China es algo antiquísimo, entremezclado con la cultura y la vida diaria. No se transformó en un medio para hacer un ritual que nos ponga en contacto con el Zen como se entiende en Japón. Y aunque el Zen proviene de China (禪 Chán) que yo sepa nunca se utilizó el té como un medio para expresarlo de una forma tan elaborada. Sí es cierto que existen iniciativas como Global Tea Hut que utilizan una ceremonia del té en un contexto budista (hice un curso online que tienen), pero no estoy seguro de su procedencia.
El YinYang es el símbolo Taoísta por excelencia Representado de muchas formas
Sí es cierto que el té está muy relacionado con el Daoísmo por su componente natural y hay una leyenda que nos cuenta cómo las plantas de té nacieron de los párpados de Bodhidharma, creadas para ayudar a los monjes a meditar sin dormirse. Así que quizá hay mucha historia pero no registrada que haya llegado hasta nuestros días. Igualmente la ceremonia GongFu (gongfucha 工夫茶) o Chayi 茶藝 (“arte del té”) es una creación muy reciente, principalmente originada en Taiwán con influencias de ChaoZhou y exportada a China de vuelta, una ceremonia con influencias de la ceremonia japonesa. Y aunque las teteras Yixing se remontan al año 1.500 y en las montañas de WuYi se tomaba el té utilizándolas, no parece que tratarlo de “ceremonia” sea lo más correcto. Hay intelectuales chinos que la quieren hacer pasar como algo que ha estado siempre en China, pero parece ser que esto es discutible (artículo muy revelador pero en inglés) y más debido a orgullo patriótico.

Así que el círculo se completa, China (Laos, Vietnam, Myanmar, Tailandia) -> origen del té -> Japón -> Zen y ceremonia de té -> Taiwán -> ceremonia moderna Gongfu (creada a partir de Chaozhou) -> vuelta a China
La ceremonia del té ¿sin té?
Nunca he estudiado la ceremonia japonesa del té, pero sí me atrevo a hablar algo más sobre su componente meditativo. Como comentaba el Zen, las enseñanzas del Buda, llegaron a Japón desde China, a su vez a China llegaron desde India por medio del famoso monje Bodhidharma que lo enseñó a los monjes del templo Shaolin (el de las artes marciales). En China el budismo se mezcló con el Daoísmo chino, la religión nativa del país. Se entremezcló tanto que es difícil distinguir qué es Daoísta y qué puramente Budista y en el país se practican unidas y separadas, todo sin peleas. Esta mezcla fue exportada y adoptada en Japón. La mayoría de los grandes maestros Zen fueron chinos, sólo que son llamados usando la lectura en japonés de los caracteres chinos.
La ceremonia japonesa del té es una forma artística y bella para hacer llegar el espíritu del Zen a la gente común. Digamos que en Zen lo más importante es la práctica de la meditación sentada donde uno “expresa su verdadera naturaleza”. Además de esto se practica Zen con actividades cotidianas, esto es una parte fundamental.

Utilizar la ceremonia del té es hacer lo segundo, una forma de hacer llegar el Zen a la sociedad que no quiere practicar más seriamente digamos, pues antiguamente eso solía querer decir el hacerse monje. Lo mismo con las artes marciales o el tiro con arco. Sí, se expresa Zen mediante la actividad, pero Zen no necesita de ninguna actividad de intermediario, ésta es su máxima expresión. En última instancia hay una cita de un gran maestro de ceremonia de té japonesa (actualizaré si recuerdo cuál) que dijo algo así como que lo importante de la ceremonia del té no es el té. Puedes cavilar largo y tendido sobre esto y si amas profundamente el té quizá no lo entiendas. Contempla que si ese maestro amaba el té profundamente, ¿por qué dijo algo así?
Aún así, la ceremonia del té es una forma muy interesante de practicar meditación y un camino espiritual en sí mismo. Además de esta cualidad de “no necesitamos el té”, la planta del té en sí misma está aportando algo propio a la ceremonia y los movimientos y el ritual son de gran belleza, un arte. Y es una forma de hacer llegar la meditación a gente que nunca meditaría. Si quieres darle un sentido especial, deberás usar té de la mejor calidad posible, te será más fácil apreciar que lo que estás haciendo es valioso. En teoría podrías hacer la meditación más transcendental de tu vida tomando una manzanilla, pero tener buen té, con un significado especial para ti te ayudará.
Aunque ni siquiera sepas qué es una ceremonia de té ni el Gongfucha, de alguna forma, el té, la medicina del alma, te está ayudando.
PruebaTé
Mente Zen durante la ceremonia
Meditar o practicar mindfulness es básicamente prestar atención. Cuando prestas mucha atención a algo, tu mente naturalmente se tranquiliza y silencia un poquito. Para ayudar a este silencio, lo primero que debes hacer es conocer a la perfección los movimientos de la ceremonia. Sólo cuando no tengas que pensar en cuál es el movimiento siguiente, podrás empezar a disfrutar y dejarte llevar por la ceremonia. Recuerda que antes de romper las reglas debes de ser un maestro de ellas. Un experto guitarrista puede improvisar, algo muy diferente a un novato tocando la guitarra aleatoriamente.
Para preparar buen té lo más importante es preparar y tomar mucho té, no hay otro secreto. Por eso en la ceremonia del té japonesa es primordial practicar hasta la saciedad. Cuando no necesitas pensar tus movimientos son intuitivos, quizá entres en lo que hoy en día se llama flow y quién sabe, empieces a expresar Zen. En el estilo de ceremonia de Global Tea Hut hacen mucho énfasis en esto. Además los movimientos que utilizan se supone que tienen un significado especial, cuántas veces giran el bol de té, hacia dónde, cómo vierten el té, etc. Pero es más importante cómo lo haces que lo que haces.
Así una ceremonia de té tiene muchas profundidades. En la superficie parece que es gente tomando té, más profundamente es gente prestando mucha atención y en su corazón es puro Zen.
Cómo meditar con con una ceremonia de té Gongfu
Aquí hablé sobre cómo preparar el té de diferentes formas, incluida una forma estándar de ceremonia GongFu. Puede ser una ceremonia elaborada o algo muy sencillo con té directamente en una taza o bol. Por supuesto el teléfono móvil debe estar muy lejos. Puedes hacerlo en el suelo o en una mesa, como prefieras. Es mejor que utilices un té que ya conozcas, con el que ya seas familiar. Así evitarás que tu mente se dedique a averiguar detalles del nuevo té. Un té que te guste con el que tengas una conexión. Además debes ir con una mente totalmente abierta e ignorante, de niño. No pienses en analizar el té como en una cata. Como una pequeña que ve una mariposa por la primera vez sin saber lo que es.
Desde lo más sencillo… Hasta lo más complicado
Como comento, es mejor saberte los movimientos tan bien que recordarlos no interfiera en lo que estás haciendo. Si tienes invitados, ellos también deben saber lo que hacer como devolverte los vasos en el momento adecuado, etc. En la ceremonia Gongfu, lo principal es cómo haces las cosas. Aunque con que la persona que lo prepara sepa lo que está haciendo, creará una atmósfera que calmará a los invitados sin saberlo. Puedes hacer la ceremonia sólo o con invitados siendo lo primero más sencillo, íntimo y recomendable al principio. Mi profesora solía decir que un máximo de 5 personas.
Preparación
Por supuesto, prepara el té con toda tu atención, si te encuentras perdido pensando en lo que tienes que hacer mañana o en las facturas que hay que pagar, está bien pero mueve tu atención de nuevo al té. Como ya conoces el té, ya sabes cómo prepararlo. Sirve el té con mimo, intenta no derramar ni una gota. Por eso no soy muy fan de la ceremonia china moderna donde parece que están “jugando a verter agua por todas partes”. Es sólo mi opinión pero prefiero las ceremonias donde el agua se vierte en un recipiente aparte preparado para ello y no en la propia mesa.
Coge la taza llena de té, a ser posible con las dos manos. Mira el té en tu taza favorita, su color y cómo refleja la luz. Huele el té, realmente concéntrate en el aroma. No intentes identificar a qué huele aunque si pasa está bien. Tómate tun tiempo para disfrutar del olor del té mientras adquiere una buena temperatura para beberlo. Quizá te traiga recuerdos, muestra gratitud por ellos y recuerda que los estás viviendo ahora.

Atrévete a probarlo, no importan tanto el cuerpo del licor o los sabores. En China analizar el té es algo moderno, ser un sommelier, en Occidente tenemos mil descriptores y etiquetas para los sabores y olores, siempre andamos buscando algo y parece que quien más sabores puede detectar es “superior”. Todo esto es tu mente engañándote, intentando clasificar el té y alegrándose de saber tantas cosas. El té está vivo, no lo disecciones si quieres que hable contigo.
Disfruta del té, bébelo con pausa, cuando esté en tu boca pon toda tu atención allí, en cómo el licor llena tu boca, la impregna y cómo se desliza por tu garganta. Cuando tu taza esté en tu mano, simplemente observa dónde va tu atención sin controlarla. Intenta sentir el té en tu cuerpo, quizá sentir su energía: cómo tu boca tintinea por el calor del líquido, quizá un calor en la cabeza, manos o estómago. Si encuentras estas sensaciones pon tu atención en ellas por un tiempo. Si no, no pasa nada.
Y deja tu atención volar, abierta y sin controlarla. Aprecia la belleza (o no) de tu tetera, por qué es tan querida para ti, admira los diferentes elementos del Chaxi, tócalos, mira por la ventana, admira la naturaleza si tienes la suerte de estar fuera. Por dónde y quiénes ha pasado este té hasta llegar a ti. Pero sin llenar tu cabeza de datos. Tampoco pensando en qué debes hacer luego, simplemente siéntete agradecido por poder estar tomando té en este momento y ábrete a lo que quiere enseñarte.

Toma tomas las infusiones que quieras, termina la ceremonia, limpia, ordena y recoge los utensilios con la misma sensación de gratitud e intenta mantener este agradecimiento por el resto del día. Tratar a la gente que encontrarás de la misma forma que trataste al té. Y si entiendes por qué no necesitas el té, dale las gracias de corazón.
Un post genial! me inspira para seguir descubriendo este mundo inacabable del té y la meditación. Seguiremos practicando y sobre todo tomando mucho té.
Muchas gracias!
Muchas gracias, Ana. Sigamos caminando por estos caminos sin fin, a ver dónde se cruzan y a dónde nos llevan 🙂
Gracias por la información y el artículo, muy interesante.
¡Gracias a ti por leer, Pedro!